viernes, 21 de noviembre de 2014

RAYOS DE LUZ EN LAS TINIEBLAS

Después de que el jueves descansara para recuperarme de la fiebre y la garganta, que todavía me sigue dando guerra a las mañanas, ayer decidí salir a la tarde para así aprovechar el calor del día.
Aunque en principio la idea era relajarme para recuperarme mejor, ayer me encontré muy bien, no casi curado pero mucho mejor que otros días y con esa tesitura me respondieron las piernas. Salí con la intención de hacer el entrenamiento original si las patas y el cuerpo me respondían y como a medida que andaba veía que me respondían casi a la perfección decidí hacer el entreno duro que correspondía para este día.
 


Salí con la de monte para buscar una subida larga y poderla empalmar con otra algo más corta. El entrenamiento se basaba en los 20´primeros rodar en aeróbico extensivo para ir calentando y luego hacer una subida de 40´trabajando primero 13´a umbral anaeróbico, luego 20´a aeróbico intensivo para recuperar (jejee, como que he recuperado mucho) y para finalizar 7´otra vez a umbral anaeróbico.
La verdad es que después de esto se me han quedado las patas suaves, suaves, pero las sensaciones han sido muy buenas ya que aunque he trabajado a ritmos altos las piernas y el pulso me han respondido muy bien, me he quedado con las sensación de que podría haber dado más de mí, eso es bueno cuando haces una subida y entreno como el de hoy la verdad, me doy cuenta de que poco a poco las cosas mejoran más de lo que esperaba.
Después de esta soba tocaba recuperar durante otros 13´a ritmo extensivo y así aprovechaba la bajada de los molinos para empalmar con la bajada de Urbina Eza, bajada peligrosa por la pendiente y por los pedruscos que había. Eso si antes de comenzar la bajada me he parado porque el paisaje que había era digno de cualquier premio de fotografía, de ahí el título de hoy.



Una vez hecha la bajada tocaba volver a subirla de nuevo, la subida tiene 1´6 km, la pendiente media es del 11%, pero hay tramos del 20%, 24%, 30% y hasta uno del 34%, vamos unos rampones de cagarse por las patas.
 


Me ha costado subirlo la friolera de 13´, a una media de 7,6 km/h y la media de pulsaciones de 179 ppm, creo que es de las más duras que he subido por esta zona de Badaya. Esta subida me ha venido genial ya que tenía que trabajar durante 13´ a umbral anaeróbico (170/180 ppm), así que como anillo al dedo, eso sí, no he acabado tan fresco como la primera que aunque es dura y más larga es más tendida.


Después de coronar, abrigarse y para Mendoza por los senderos y cogiendo cada día más confianza en las bajadas que son tan importantes como las subidas. Ya de Mendoza hasta Vitoria buscado relajar las patas, a ritmo extensivo y disfrutando del día, que para ser noviembre ha hecho un día hoy de lujo.
Al final del día lo más importante es que el trabajo se ha hecho bien y con buenos resultados, pero sobre todo las buenas sensaciones tanto subiendo como bajando me han dejado un buen sabor de boca.


 
 
 
 
 
 

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