El recorrido elegido para el entrenamiento era salir de
Vitoria por Gobeo, Foronda, Gopegui, Manurga, Alto de Zarate, Murguia, Izarra,
Kuartango, Subijana, Montevite, Nanclares, Trespuentes y entrar a Vitoria de
nuevo por Asteguieta.
Siempre disfruto con este tipo de entrenamiento sobre todo
porque está Amaia conmigo, aunque en el día de ayer la verdad es que lo pasé
francamente mal. Ya desde el comienzo del entrenamiento sentía las patas como
botijos y el pulso muy alto para la velocidad y la potencia que movía.
Achaqué todo esto a que estaba todavía frio y que una vez
calentado bien todo cambiaria. La verdad es que me equivoqué, ya en el repecho
que hay antes de llegar a Gopegui mis patas no daban para más y mi pulso a mil
por hora, no lo comprendía y poco a poco me iba haciendo melle mentalmente.
En la subida a Manurga que enlaza con el Alto de Zarate la
cosa no fue mejor, todo lo contrario fue a peor, fuerte dolor de patas cada vez
que intentaba achucharme y el pulso a mil por hora. La media fue bastante
desastrosa, no por la velocidad que es lo de menos, sino porque a una media de
pulso de 180 ppm solo moví 244 w cuando mis mejores resultados en ese tramo
esta en 173 ppm y 310w de media.
De ahí hasta Izarra más o menos llano pero las patas seguían
sin responderme bien y yo cada vez con el runrún en la cabeza de que no iba
bien y eso al final pesa.
De Izarra a Nanclares las patas algo mejor que la primera
parte del entrenamiento pero aún así no había forma de que respondieran como debía
o como debieran estar. De Nanclares a Asteguieta más de lo mismo pero aún así
yo lo seguía intentado sin los resultados esperados.
Una vez en Asteguieta Amaia se iría para casa y yo también
pero soltando piernas y comiéndome la cabeza por lo ocurrido en el
entrenamiento, que me dio que pensar la verdad, porque si esto me hubiera
pasado en la carrera de Llodio me hubiera espatarrado como un sapo.
Mis sensaciones la verdad es que pésimas, no recuerdo un día
tan malo haciendo tras coche nunca la verdad, patas duras, pulso alto y con
ganas más de una vez de decirle a Amaia que parara, montarme en el coche y
mandar la bici a paseo por así decirlo...., la verdad es que acabé bastante
tocado moralmente porque no lo comprendía y eso que las patas no las notaba
cansadas, supongo que habrá sido un mal día como otros que tienen los demás.
Lo mejor del entreno de ayer es que lo compartí con Amaia,
que ya no solo se molestó en hacer conmigo el tras coche sino que como me vio
bastante desanimado debido al entrenamiento no dudó en animarme, apoyarme y
hacerme ver que después de 3 días parado, la gripe que he pasado y el temporal
de nieve que hemos tenido que no he podido entrenar todo lo bien que hubiera
querido es normal esta situación y sobre todo que igual hubiera sido mejor
hacer tras coche en llano después de varios días inactivo que hacer esta vuelta
que se hace dura, menos mal que está ella en lo bueno y en los momentos no tan
buenos, no sé qué haría sin ella en mi vida....
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